Keira Knightley, cansada de que le aumenten tallas de sujetador

Desde que Keira Knightley dio el salto de adolescente con aspiraciones futbolísticas (Quiero ser como Beckham) a belleza pirata (Piratas del Caribe) mucho se ha hablado y escrito sobre su aspecto. Cuestionada continuamente por su extrema delgadez, la actriz británica ha intentado mantenerse habitualmente al margen de las críticas. Lo suyo no es enfermedad por mucho que pueda parecérselo a algunos.

Sin embargo, hay algo que a la protagonista de Love Actually le molesta enormemente. Se trata de la costumbre de retocarle los pechos en los carteles comerciales de sus películas. Y, encima, según ella, para mal. En una entrevista concedida para la revista Allure, Knightley ha hablado largo y tendido sobre la cuestión.

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Protagonista de la portada de diciembre con una imagen muy sugerente (una simple chaqueta sobre los hombros que deja su pecho parcialmente al descubierto), la actriz parecía encontrarse en su salsa hablando de los retoques a los que someten su cuerpo en los polémicos carteles: "Ellos siempre retocan mis pechos", dice Knightley.

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El caso más clamoroso que se recuerda es el de El Rey Arturo. No hay más que comparar las dos imágenes para darse cuenta del cambio. Sin embargo, este aumento de pecho sin cirugía y gratuito no gustó nada a la británica, que se queja de que encima de que se los retocaron se los pusieron "caídos". Quizá fuese por ser más realistas teniendo en cuenta que la tira que se los cubría no debía ser especialmente fuerte.

El caso es que el retoque ha marcado a Knightley, que sigue dándole importancia ocho años después del estreno de la película y habiendo lucido hace poco sus senos en películas como Un método peligroso, de David Cronenberg, donde no había ni trampa ni Photoshop.

En realidad la actriz no debería tomárselo como algo personal o contra sus pechos. Después de todo su caso no es el primero ni será el último. Hasta a Emma Watson le aumentaron alguna talla en uno de los carteles de la saga Harry Potter.