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El préstamo de 20.000 millones de dólares obtenido este viernes por Argentina es el 23º acuerdo del FMI para rescatar a la tercera economía de América Latina, crónicamente endeudada y bajo constante sospecha de insolvencia.De facto y democráticos, gobiernos argentinos de todos los signos han recurrido al Fondo Monetario Internacional para asistencia en los últimos 70 años, lo que ha convertido al país sudamericano en el mayor deudor del organismo (por delante de Ucrania) sin lograr estabilizar su economía.Aquí algunas claves de una historia recurrente que este viernes inaugura un nuevo capítulo.- Récord de deuda - Después de apenas dos años en el FMI, Argentina solicitó su primer préstamo en 1958, bajo la presidencia de Arturo Frondizi, para un programa de estabilización orientado a combatir la inflación.Los resultados no fueron los esperados y desde entonces Argentina encadenó acuerdos, primero para cubrir el déficit comercial y luego para refinanciar sus altos niveles de endeudamiento externo, explicó a la AFP Noemí Brenta, doctora en economía y autora de un libro sobre la historia de la deuda argentina. En 2018, luego de algunos años sin acuerdos tras el pago del presidente Néstor Kirchner en 2005, Argentina recibió el mayor préstamo en la historia del FMI, al gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-2019).En plena recesión y con el peso en caída, el organismo otorgó 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron 44.000 millones. Fue un préstamo imposible de devolver para Argentina, que tuvo que refinanciarlo en 2022. - Mala imagen -El 55% de los argentinos tiene una imagen "mala" o "muy mala" del Fondo, y solo el 23% tiene una imagen positiva, según la encuesta Espop de la Universidad de San Andrés.Esta percepción está arraigada desde los años 1990, ligada a la "supervisión forzada" de las políticas económicas de los países asistidos, recuerda Noemí Brenta. La desconfianza se potenció desde la crisis de 2001, cuando el FMI interrumpió su ayuda provocando un colapso bancario, manifestaciones, saqueos, una represión que dejó 39 muertos y la renuncia del entonces presidente, Fernando de la Rúa.Según Brenta las condiciones que acompañan los préstamos del FMI "siempre implican un ajuste, que recae sobre la clase media, sobre los pobres y sobre las industrias nacionales" y no ayudan a poner al país en una senda de crecimiento sostenible.- Dos para el tango -Después de la crisis de 2001, la Oficina de Evaluación Internacional del FMI emitió una inusual autocrítica, afirmando que la experiencia argentina había revelado debilidades en el proceso de toma de decisiones del organismo.Lo mismo ocurrió en 2018 con el préstamo récord: un informe interno del organismo de fines de 2021 concluyó que la estrategia y las condiciones del préstamo "no eran lo suficientemente sólidas para abordar los profundos problemas estructurales de Argentina".- Años por delante -Según el presidente argentino Javier Milei, el préstamo aprobado este viernes servirá para "cancelar la deuda que el Tesoro tiene con el Banco Central", y reponer así sus escasas reservas. El gobierno eliminó los controles cambiarios que desde 2019 limitan el acceso de los argentinos al dólar, en la búsqueda de atraer inversiones para recuperar el crecimiento después de un 2024 recesivo.El economista Martín Kalos de EpyCA señala que hasta ahora Argentina solo ha pagado los intereses del préstamo de 2018: "La cantidad que debe sigue siendo prácticamente la misma", en torno a 40.000 millones. A esto se añadirán ahora los nuevos 20.000 millones. Como resultado, Argentina "tiene muchos años por delante en los que tendrá que renegociar continuamente con el FMI. Y en esas renegociaciones, el FMI podrá imponer condiciones", señala Kalos.- ¿Problema estructural? -¿Es Argentina serialmente insolvente por ser un gastador incorregible o porque es incapaz de frenar la fuga privada de nuevos capitales hacia el exterior? En un país con una política polarizada, la respuesta a menudo depende de qué lado está el peronismo (centroizquierda) o la derecha liberal. Para el historiador Felipe Pigna, Argentina tiene "un profundo problema de sustentabilidad de su modelo económico: un sector agroexportador importante, pero cuando intenta desarrollar su industria se topa con sus deficiencias, por ejemplo en materia de combustibles o insumos para la industria" que se pagan en dólares, de los cuales carece. "Hay que modificar las condiciones productivas de la Argentina, pero ningún gobierno termina de hacerlo porque empieza a hacerlo un gobierno productivista y viene otro de signo contrario que paraliza esa evolución", señala Pigna.pbl-mry-tev/lm/mel