Keira Knightley, una polémica Anna Karenina que no enamora a los rusos

Keira Knightley es la reina de las películas de época británicas, la heroína ideal de los libros de Jane Austen y una actriz consagrada en Hollywood. Por eso, a sus 27 años se puede dar el lujo de elegir el papel que quiera. Pero a veces sus elecciones no convencen a todo el mundo, y menos si interpreta un personaje ruso con acento, estética y visión inglesa.

Su última película es la nueva adaptación de la famosa novela de Leo Tolstoy, Anna Karenina, que pasa ya por su quinto salto al cine tras ser interpretada por Greta Garbo, Vivien Leigh, Jacqueline Bisset y Sophie Marceau. Siendo uno de los personajes literarios rusos por excelencia, la crítica del país no ha tenido miedo en dar su opinión sin contemplaciones.

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Para poneros en situación, la novela en la que se basa fue escrita en 1877 y es una de los ejemplos literarios más reconocidos de la literatura internacional con una historia sobre el despertar sexual, la pasión y la obsesión de su protagonista, una mujer "con una figura rellena" que vive un romance con el aristócrata rico y sexualmente experimentado llamado Vronsky.

Para su adaptación, el director Joe Wright (en su tercera colaboración con Keira después de Orgullo y prejuicio y Expiación), traslada el argumento sobre un escenario con poca luz, muchas sombras y cambios escénicos que suceden delante de los ojos del espectador como si de una obra de teatro se tratase. Este perfil puramente estético no ha convencido a la crítica rusa que se ha ensañado con el filme desde todos los puntos.

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Por un lado, el popular poeta y opositor político, Dmitry Bykov, califica a Wright de "condescendiente y egocéntrico", al utilizar un clásico ruso como "un experimento teatral mientras escupe sobre sus significados escondidos".

Después, haciendo referencia a la reciente prohibición americana a las visitas de presuntos violadores de derechos humanos rusos, el escritor sugiere que una respuesta sería "introducir un embargo parlamentario sobre todos los trabajos futuros de Keira Knightley". Muy duro.

Pero eso no es nada. Según el periódico Trud, varios artistas rusos critican la decisión del cineasta de utilizar actores ingleses en su lengua materna sin cambiar un ápice el acento.

Por supuesto, también cargan con la actuación de su protagonista, destacando su extrema delgadez "huesuda" cuando es un personaje con curvas; o que sus expresiones son "demasiado energéticas" consiguiendo una interpretación de una mujer segura en sí misma, cuando es todo lo contrario en la novela.

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Hasta su forma de besar y su pelo han sido víctimas de las burlas de los críticos. "Antes de dar un beso, hace sobresalir su mandíbula como si estuviera a punto de arrancarle la lengua a Vronsky", escribió uno de ellos mientras añadía que el cabello de la actriz parecía "la cabeza llena de serpientes de Medusa".

He visto la película hace unos meses, y en mi opinión 'Anna Karenina' es una producción valiente de un cineasta que simplemente ha querido probar una técnica distinta. Puede que funcione para cierto tipo de espectadores intelectuales, y no tanto para aquellos que busquen el melodrama romántico al que Knightley nos tiene acostumbrados.

El filme es una adaptación que combina teatro y cine, con un vestuario excelente y un romance tóxico de fondo. Es cierto que no es la mejor adaptación de la historia pero sí es una película diferente para los espectadores aburridos de la repetitiva cartelera hollywoodense.

Para comprobar si los rusos tienen razón debéis esperar hasta el 15 de marzo, fecha del estreno de la cinta en España. ¿Qué os parecen las opiniones de los rusos? ¿Creéis que se han pasado con Keira?