‘Último tango en París’: 40 años de polémica

Hoy en día si pensamos en Último tango en París se nos ocurren adjetivos como "clásica", "legendaria", "erótica" y por supuesto, "escandalosa". Y es que la película de Bernardo Bertolucci cumple 40 años marcados por la censura y el escándalo.

Protagonizada por Marlon Brando, Maria Schneider y Jean-Pierre Leaud, el filme causó tanta controversia como curiosidad. La relación sadomasoquista y anónima entre un viudo de 45 años y una joven parisina de 20 que estaba comprometida con otro hombre, fue protagonista de uno de los escándalos más sonados en la historia del cine.

Para aquellos que no conozcáis la historia, el revuelo fue provocado por los desnudos frontales de Schneider y las escenas erótico-salvajes que comparten sus protagonistas, especialmente una famosa escena de sexo anal en donde Marlon Brando utiliza mantequilla como lubricante. Otra parte inolvidable es cuando él le pide a su amante que debe hacer el amor con un cerdo para demostrarle su devoción.

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La idea para la película nació de las propias fantasías eróticas de Bertolucci, quien declaró que llegó a soñar con la idea de tener relaciones sexuales con una mujer que espontáneamente conociera en la calle.

El director le ofreció el papel a Jean-Paul Belmondo y Alain Delon, quienes se negaron rotundamente, optando por Marlon Brando a cambio de 250.000 dólares y el 10 por ciento de recaudación, un dineral por aquellos tiempos.

Pero una vez comenzado el rodaje, la estrella americana no se lo puso fácil al cineasta. Como era habitual en él, quiso improvisar y para ello colocó notitas por las paredes del set para recordarse diferentes palabras que le indicaran cuándo debía entrar en escena, llegando a pedirle a Bertolucci si podía escribir también en el culo de Maria... pero el director se negó.

Tras su premiere en Roma el 15 de diciembre de 1972, la película cosechó más de 100.000 dólares en taquilla en sus primeros seis en días en cartelera, todo un bombazo por aquel entonces, pero una semana más tarde la policía confiscaba todas las copias por orden de un fiscal que definió la película como "pornográfica", y su director tuvo que ir a juicio por "obscenidad".

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Mientras tanto, en Francia los cinéfilos hacían colas de dos horas para ver la película y hasta cientos de españoles viajaron hasta Biarritz y Perpignan para poder ver la cinta que por la censura no llegó a España hasta 1978. Ya el 26 de enero de 1976, la Corte Suprema Italiana ordenó que todas las copias fueran destruidas y sentenció a Bertolucci a cuatro meses de prisión, revocando sus derechos civiles durante cinco años. Once años más tarde, una nueva orden eliminaba esta sentencia y permitía el reestreno de la película en los cines italianos.

A pesar del escándalo en varios países, y hasta el hecho de que la película fuera calificada como X en Estados Unidos, la Academia nominó a Marlon Brando al Oscar a Mejor Actor y a Bernardo Bertolucci a Mejor Director. Todavía hoy en día mantiene una critica positiva en Rottentomato (81 por ciento).

Aun así, y debido a la intensidad del rodaje y a las peticiones extremas de Bertolucci, la relación entre los protagonistas y el director quedó completamente arruinada. Brando no le dirigió la palabra al director durante 15 años por haberse sentido "manipulado".

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Por su parte, la joven Schneider llegó a declarar haberse sentido "violada por Marlon Brando y el director" por haberla forzado a realizar la legendaria escena de ocho segundos que no estaba prevista en el guión y en donde las lágrimas que derrama ante la cámara "son reales".

Resulta curioso comparar que apenas 40 años después, la mitad de las mujeres del mundo han leído abiertamente 50 sombras de Grey y el mundo del cine está buscando vías de explotar la novela sadomasoquista en la gran pantalla.

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Además, en 1972 varios medios americanos publicaron que algunas mujeres "bien vestidas" acabaron vomitando durante las escenas sexuales de Brando... Mucha mantequilla ha corrido por nuestras pantallas desde entonces. ¿no?