Anuncios

Alberto Ammann: “Le robé algunas cosas a Ted Bundy”

Alberto Ammann deja a un lado su cara de niño bueno para adentrarse en la piel de un tipo frío y calculador con altas probabilidades de ser el malo de Tesis sobre un homicidio, película argentina que se estrena este viernes en España. Un malo que, presuntamente, asesina a una chica solo por darse el gusto de plantearle un reto intelectual a alguien a quien admira desde hace años. Un profesor de derecho que hace décadas tuvo una aventura con su madre y al que interpreta Ricardo Darín. ¿O quizá él no sea solo el asesino y el profesor esté paranoico?


Ammann es Gonzalo, un joven que se mudó de niño con su familia a España y que años después regresa a Buenos Aires para participar en un curso de derecho impartido por un antiguo amigo de la familia (Ricardo Darín). “Los personajes son soberbios, pedantes, egocéntricos, intransigentes… Una serie de miserias que todos tenemos pero que en ellos están como infladas. También hay un proceso obsesivo que va creciendo en uno y, de alguna manera, también en el otro. Mi personaje ya llega un poco obsesionado y el otro empieza a obsesionarse”, asegura Ammann.

[Clip exclusivo: Alberto Ammann nos habla de 'Tesis sobre un homicidio']

Lo más fácil para el actor argentino afincado en España fue aceptar el papel. Cuenta que cuando el guión llegó a sus manos ya sabía que Darín interpretaría a Bermúdez. “No creo que Ricardo Darín haya dicho que sí a un proyecto mal escrito”, pensó. Ya tenía un pie dentro. Después lo leyó y terminó lanzándose al reto de interpretar “un personaje que no había hecho antes”.

Lo más difícil fue trabajar con la ambigüedad que requería el papel de Gonzalo. Es un tipo que unas veces parece de lo más inocente aunque engreído y otras se ve a la legua que es un asesino en serie. “Tuve que trabajar mucho desde la ambigüedad. Es un juego muy complicado, estar en la cuerda floja todo el tiempo. Lo que intentábamos es que el espectador pudiese señalar al personaje como lo hace Bermúdez, pero que también dudara constantemente”.

[Te puede interesar: Almodóvar quiso dirigir ‘El silencio de los corderos’]

Para preparar el papel recuerda que se vio algunas películas, pero sin basarse en ellas. Se decantó por los documentales. “Vi muchos de asesinos en serie y sobre todo busqué inspirarme en uno que se llama Ted Bundy, que es un mítico (lamentablemente) asesino en serie que además era abogado y que se defendió en su propio juicio”. Desde luego, la inspiración le venía como anillo al dedo para su personaje con el que el célebre asesino compartía algo más que la carrera de Derecho.


“Este tío tenía esta cosa de cara a la galería. Era un tipo guapo, que las mujeres decían que era encantador, que tenía una sonrisa muy bonita… Pero luego era un loco perdido”. ¿Cmo Gonzalo? Su inocencia o culpabilidad tendrá que comprobarlas el espectador directamente, pero de lo que no hay duda es de que a Bundy le sirvió para crear su personaje en Tesis sobre un homicidio.

“Sin imitarlo, me quedé con algunos rasgos de su expresividad. Le robé algunas cosas y en otras me inspiré un poco en él para crear esa ambigüedad”, explica el actor, quien entró en el proyecto por coincidencias. En su visita a Madrid para presentar la película, el director Hernán Goldfrid recordó que alguien le recomendó que viese Celda 211. Luego dio la casualidad que Alberto estaba en Buenos Aires, se vieron y la conexión surgió rápido. El ganador del Goya a Mejor Actor Revelación en 2010 era el actor perfecto para encarnar a un personaje tan ambiguo como el de Gonzalo.

¿El asesino en serie perfecto para Ammann en el cine? “Me cuesta conciliar la palabra asesino con perfecto. Es algo que me causa repulsión, pero elegiría a Anthony Hopkins en El silencio de los corderos. Igual me pierdo algún gran trabajo de un actor indonés, pero creo que el suyo es uno de los mejores en este sentido”, responde.