El actor gafe de Hollywood

Pobre Taylor Kitsch. Si los estudios de Hollywood se ponen supersticiosos, su carrera en el cine acabará más rápido que la de Vanilla Ice.

El pasado fin de semana, el actor de 31 años ha vuelto a protagonizar un fracaso estrepitoso en la taquilla estadounidense. Su última película, 'Battleship', debutaba en el box office con una recaudación de 15 millones de dólares, un fiasco similar al de su antecesora, 'John Carter', que se estrenaba con 18 millones.

Antes de dar el salto a las grandes producciones, Taylor llevaba años intentando crearse una carrera como actor en Hollywood. Debutaba en 2006 con un papel secundario en 'Serpientes en el avión' y nos sorprendía dos años más tarde en el papel de Remy LeBeau en 'Lobezno'. Y después de cinco años en la serie televisiva 'Friday Night Lights', por fin llegaba su gran oportunidad con 'John Carter'.

[Video: Entrevista con Andrew Stanton, director de 'John Carter']

La súper producción de los estudios Disney costó la friolera de 300 millones de dólares y prometía ser todo un espectáculo visual gracias a que su director era el galardonado Andrew Stanton (Wall-E). Pero el filme solo consiguió recaudar 260 millones en todo el mundo, de los cuales 72 eran de la recaudación estadounidense.

Después le llegó el turno a 'Battleship', la gran apuesta de Universal para dar vida al famoso juego de mesa 'Hundir la flota'. Co-protagonizada por Liam Neeson y Rihanna la cinta tuvo una inmensa campaña publicitaria centrada en los efectos y por supuesto en el debut de la cantante. Todo apuntaba a que sería un éxito, pero ya sea porque el público está cansado de los efectos especiales o de la recurrente idea de la invasión alienígena, la película fracasó con una recaudación de 254 millones en todo el mundo - 27 de Estados Unidos - sobre un presupuesto de 209 millones.

[Video: Entrevista con Taylor Kitsch en su paso por Madrid]

Aunque parezca mucho dinero, y aunque en realidad consiguieron una 'ganancia' de 45 millones, lo cierto es que supone un desastre para las arcas de los estudios mientras se pone en juego la confianza de los productores, es decir, los que ponen la pasta.

Para que os hagáis una idea, tened en cuenta que 'Avatar' costó 425 millones pero recaudó más de dos mil millones y medio. Para los actores esto se transmite en un aumento de salario y la apertura a un mundo nuevo de posibilidades y propuestas. Es decir, ahora Sam Worthington - que hasta hace cinco años se dedicaba al teatro callejero - elige el proyecto que le apetece sin darle explicaciones a nadie.

Lo triste de todo esto es que Taylor luchó por conseguir su lugar en la industria, y demostró su talento dramático interpretando a un alcohólico en la serie de TV. Sin embargo ha tenido la mala suerte de que sus blockbusters no cuajaron con el público. Afortunadamente tiene una tercera - y probablemente última - oportunidad con la película de gánsteres de Oliver Stone, 'Savages'. ¿Conseguirá romper el gafe?