El embarazoso incidente de Hugh Jackman rodando en Japón

El embarazoso incidente de Hugh Jackman rodando en Japón

La historia que Hugh Jackman acaba de contar entre divertido y avergonzado bien valdría para hacer una segunda parte de Lost in Traslation. Aunque, eso sí, en un tono mucho más cómico que la cinta de Sofia Coppola. Como es bien sabido, la segunda parte de Lobezno se ha rodado en su mayoría en escenarios japoneses. Un día, para relajarse del estrés del rodaje, Hugh Jackman se acercó a un balneario a los pies del Monte Fuji.

El actor entró en las instalaciones como cualquier otro cliente dispuesto a disfrutar de las múltiples posibilidades que le ofrecían. Al principio todo parecía ir bien, hasta que el protagonista de Australia empezó a notar algo raro. Casi no había gente donde él estaba y los que había parecía que le miraban extrañados. Estaba claro que algo pasaba, pero ¿el qué? ¿Sería por su esculpido torso? ¿Su llamativa altura? ¿Su fama como actor de Hollywood? Al final, otro cliente le sacó de dudas entre gruñidos y señas al más puro estilo de los indios.

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Resulta que la minúscula toalla que le habían dado al entrar en las instalaciones no era para llevarla colgada del brazo o secarse el sudor, sino para taparse su partes pudendas cuando cambiaba de bañera. Jackman no lo había entendido así y llevaba un buen rato paseándose totalmente desnudo de un lado a otro para sonrojo del resto de clientes.

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“El sitio está separado para mujeres y hombres y al entrar te dan una toalla, una toallita. Hay ocho clases diferentes de bañeras con distintas temperaturas”, relataba el actor en una entrevista recogida por Daily Mail. Jackman iba entrando y saliendo de ellas probándolas todas. La toalla la llevaba en la mano y la usaba para mojarse la cabeza con agua fría combatiendo así el calor. Hasta que empezó a darse cuenta de las “miradas extrañas de la gente”.

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“Me estaba sintiendo incómodo y al final un chico que estaba en una de las bañeras gruñó y señaló mi cabeza. Después gruñó otra vez y señaló mis partes pudendas. Al final me di cuenta de que la toalla era para cubrírmelas y yo había pasado una hora paseándome por el lugar con ella en una mano y una cerveza en la otra”. Solo le faltaba un puro para parecerse que la escena pareciese sacada de Lobezno Inmortal, que se estrena la próxima semana en España.

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Sin duda, una anécdota para contar y echarse unas risas. Aunque puede que al resto de clientes no les hiciese mucha gracia, sobre todo al que refunfuñaba en la bañera.