Los Goya ponen el final feliz a Blancanieves

Era la película favorita de este año. Tenía su mérito, puesto que competía con la emocionante y espectacular 'Lo imposible' de J.A. Bayona, con el thriller 'Grupo 7' y con 'El artista y la modelo', para muchos el regreso del mejor Trueba con la que bien podría ser la pareja protagonista del año.

Pero no, fue Blancanieves, el sueño que se le ha resistido tantos años a Pablo Berger, la que se va de la edición número 27 de los Goya cargada de premios. 1o galardones en total, no para el director, se lo arrebató Bayona, pero sí el de Mejor Película y el de Mejor Actriz para una Maribel Verdú que ya tiene dos en su estantería. Una villana que no tuvo que decir ni una sola palabra para conquistar a los espectadores. Bastaron sus miradas, sus gestios, el buen oficio de una actriz que siempre está ahí. Lástima que Ángela Molina no se llevase también el Goya por su excelente interpretación, pero no pudo ser.

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Entre el resto de actores premiados destaca José Sacristán por 'El muerto y ser feliz', una alegría para todos aquellos que no se creían que el veterano intérprete nunca hubiese gozado de una sola nominación. También subió a por su premio Macarena García, que al igual que Sacristán ya tuvo su reconocimiento en el pasado Festival de San Sebastián, como Mejor Actriz Revelación. Esta chica promete grandes cosas para el futuro.

Joaquín Núñez, de 'Grupo 7', se hizo con el mismo galardón en la categoría masculina mientras que Candela Peña y Julián Villagrán se alzaron como los mejores secundarios por 'Una pistola en cada mano' y 'Grupo 7' respectivamente.

Entre los grandes perdedores de la velada destacar a Antonio de la Torre, doblemente nominado por 'Grupo 7' e 'Invasor', y la familia León, cuya propuesta low-cost no acabó de convencer. Ni Paco León ha sido recompensado por asumir tantos riesgos con el premio al Mejor Director Novel por 'Carmina o revienta' ni María León ha podido repetir el éxito del año pasado.

Como una de las grandes sorpresas decir que Tadeo Jones ha maravillado a la Academia con su largometraje como ya hiciese en otras ediciones con sus cortos. La cinta, divertida y de gran calidad en cuanto a animación, se hizo con tres premios: Guión Adaptado, Mejor Película de Animación y Mejor Dirección Novel. ¡Quién le iba a decir a Enrique Gato que su personaje le iba a traer tantos buenos momentos! Justificado está que ya haya una segunda parte en producción.

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Y respecto a la gala, decir que fue larga en exceso. Más de tres horas para una ceremonia con altibajos, a veces divertida y otras sin ritmo, con agradecimientos largos y a veces pronunciados por demasiada gente sobre el escenario. Y sí, fue una gala muy politizada y reivindicativa, pero curiosamente la mayoría de las protestas no vinieron del patio de butacas ni de los galardonados, sino de la propia presentadora.

Eva Hache empezó bien, en su línea y con un monólogo ocurrente en el que no le importó hacer referencias al Gobierno o a la Casa Real, con comparativas divertidas citando temas de actualidad como la dimisión del Papa. Sin embargo debió de quedar ahí, pues en su siguiente monólogo abusó de la buena recepción del público recurriendo a bromas tan gastadas y mal encajadas como aquella de la histórica frase que anunciaba la muerte de Franco.

Una lástima, porque sería injusto analizar la gala solo desde esta perspectiva, al fin y al cabo era una fiesta del cine y eso no nos lo podían quitar, aunque Enrique González Macho, Presidente de la Academia, lo intentase un año más con su discurso institucional, atacando con fuerza la piratería y apuntando a las páginas en las que por un módico precio se pueden ver películas online. Sonó demasiado similar a su discurso del año pasado, tan criticado por ser tan conservador y corto de miras, pero no nos enredemos más en ello.

Merece la pena quedarse con el homenaje a Concha Velasco, que recibió el Goya de honor con un discurso teatral y divertido. Con ese musical que mezclaba algunas de sus canciones. Con las parodias de las películas de factura técnica impecable. Con esos chicos de Muchachada Nui que nos hicieron reír a carcajadas burlándose del ambiente reivindicativo con su humor absurdo y sano. Porque para hacer un buen número cómico no hace falta citar ni a Rajoy ni a Rubalcaba, solo ponerse un bigote falso y echarle inventiva al asunto.

Ya lo ven, luces y sombras. Por un lado ese Javier Bardem serio que cuando fue a anunciar el Goya a la Mejor Película no hacía más que murmurar "Ay, los sobres...", por otro los responsables de 'Juan de los muertos' sin poder contener su ilusión de haber ganado el premio a la Mejor cinta iberoamericana. Por un lado el lamentable lapsus de Adriana Ugarte y Carlos Santos equivocándose al dar el premio a la Mejor Canción Original, por otro ese In Memoriam tan sentido que recogía tantos grandes nombres de nuestro cine como Quique Camoiras, Tony Leblanc, Fernando Guillén, Sancho Gracia...

Y de telón de fondo, una película que ha marcado el 2012. Un cuento de toda la vida como nunca nos lo habían contado. Muy castizo, con toreros y cortijos, con la misma temible madrastra que nos atemorizaba de pequeños pero más trágico y oscuro. No necesitaba palabras ni final feliz, porque los Goya ya se lo han puesto por nosotros.