Los mejores insultos del cine

Las estrellas de acción necesitan algo más que un buen puñado de músculos y saber disparar un rifle para acabar con el malo de turno, necesitan sacarse de la manga un buen insulto con el que dejar atónito a sus rivales. Los grandes lo sabían hacer en el momento preciso.

A veces es una femme fatale la que suelta un par de lindeces en pantalla o un humorista con exceso de ingenio. A lo largo de la historia del cine ha habido personajes de lo más ocurrentes y cuyas frases han marcado a sus películas de una manera asombrosa. A continuación vamos a hacer un repaso por algunos de los insultos más brillantes:

Comenzamos con dos chulos del cine. El primero, un inconfundible Bruce Willis en La jungla de cristal, una película en la que a pesar de abundar el lenguaje malsonante su "¡Yippie Kai Yay, hijo de puta!" ya es una de las frases más célebres de la historia cinematográfica. La saga ha demostrado más de una vez que cuando un terrorista alemán oye esa frase es que está a punto de morir a manos de John McClane. La segunda mención es para el detective roncanrolero Ford Fairlane y su tiroteo en la discoteca: "Tanto gilipollas y tan pocas balas".

Los malos también tienen sus momentos, como lo tuvo el villano de Máximo riesgo. A lo largo de la película John Lithgow intentó acabar con Sylvester Stallone de todas las maneras posibles: puso explosivos en la montaña, le quitó el abrigo a pesar de las bajas temperaturas, le disparó, intentó sepultarlo en la nieve, tirarlo al vacío... Cuando al final de la película escucha en la radio la voz del protagonista vivito y coleando y diciéndole que el juego ha acabado sus ojos son un poema. Lo único que es capaz de decir es: "¡Walker... cabrón incombustible!"

Un buen insulto en el momento apropiado es lo más efectivo para iniciar una pelea. En Víctor o Victoria el gangster interpretado por James Garner, buscando poner a prueba su masculinidad, entra al bar más rudo de la ciudad vestido de smoking para pedir en la barra un vaso de leche. Tras las inevitables risas el barman se le acerca y le pregunta que de qué la quiere, si de vaca o de mujer, a lo que él le contesta "¿Qué tal de tu hermana?". E voilà, bronca al canto.

Hablando de mafiosos, nunca hay que poner de mala leche a uno, y menos cuando te está poniendo el nombre en clave. Nadie se lo dijo a Steve Buscemi en Reservoir Dogs y mirad lo que pasó. Cuando el matón protestó a su jefe por qué tenía que ser el Señor Rosa, éste le contestó: "¡Por maricón... y porque me sale de los cojones!". ¿Quién no soltó una carcajada en ese momento?

Sobra decir que no hace falta ser un genio para lanzar un insulto contundente, y sino que se lo digan a Arnold Schwarzenegger en Commando. Daba igual que lo fueran a torturar hasta la muerte, el protagonista de 'Desafío total' no dudó en plantar cara al villano de turno para lanzarle un "Claro que me acuerdo de ti, tío mierda". Por poco lo deja helado.

Si en vez de un narcotraficante tienes enfrente a un monstruoso alienígena todos deberían aprender de Helen Ripley, que no tolera que toquen a su niña bajo ningún concepto. Fue en Aliens, el regreso cuando la piloto de los nervios de acero se encaró a la Reina que estaba a punto de capturar a la pequeña Newt para soltarla un "Aléjate de ella... ¡puerca!" La criatura, a juzgar por su bufido a modo de respuesta, la entendió perfectamente.

Pero si lo que se necesita en dejar como un cubito de hielo a un puñado de reclutas insubordinados siempre es mejor recurrir a un veterano, y si es Clint Eastwood con sus inconfundibles muecas y gruñidos mucho mejor. Ya lo hizo en El sargento de hierro, donde se presentó de este modo a sus chicos: "Soy el sargento de artillería Highway. He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos que todos vosotros juntos, capullos". Sobra decir que los tenía a todos firmes como una vela.

Tampoco se quedaba atrás el sargento Hartman de La chaqueta metálica, cuyos crueles comentarios dirigidos al recluta Patoso no tenían desperdicio: "¿Tuvieron tus padres algún hijo que sobreviviera?" Así acabó como acabó.

Sin embargo un insulto no ha de ser algo del todo negativo y se pueden utilizar para motivar al prójimo. Jake Lamotta (Robert de Niro) lo entendía perfectamente en Toro salvaje, especialmente en aquella escena en la que entrena con su hermano y saltan comentarios tales como "¡Golpeas como si te gustara que te dieran por el culo!"

Tiene su gracia, aunque para desternillarse aquellos momentos de los Monty Phyton en Los caballeros de la mesa cuadrada entre los que destaca su enfrentamiento con los vigías franceses: "No seguiré hablando contigo cabeza de melón, alcachofa vacía. Me río de tus historias, tu madre era una cabra y tu padre olía a cobaya'.

Absurdo, desde luego, aunque no tan absurdo como la frase que les dedica George Clooney a sus compañeros de fuga en "O Brother!": "Vosotros dos... sois más idiotas que un saco de martillos". Queda clara la idea.

Pero es que no todos pueden ser tan rebuscados e ingeniosos como el inigualable Groucho Marx. Quienes conozcan su filmografía se acordarán de Sopa de Ganso y sus comentarios dirigidos a Margaret Dumont: "Puedo verte ahora mismo en la cocina, inclinándote sobre una estufa caliente. Pero no puedo ver la estufa". A la pobre mujer incluso le costaba darse cuenta de la afrenta.

Pero no solo el sector femenino ha sufrido las burlas del sexo opuesto. Kevin Kline se quedó de piedra ante Jamie Lee Curtis en Un pez llamado Wanda cuando ésta ni corta ni perezosa le dijo que "Llamarte estúpido sería un insulto hacia los estúpidos".

Como podéis ver hay mucha variación, puesto que el cine cuenta con muchísimas películas llenas de comentarios hilarantes como estos. ¿Recordáis alguno más? ¡Dejadnos vuestras ideas para completar la lista!