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El Oscar de Nicole Kidman estuvo empañado por el peor momento de su vida

En 2003 Nicole Kidman ganó el Oscar por su emotivo y magnífico trabajo en 'Las horas'. Un premio que cualquier actriz celebraría con alegría, gritando en pleno escenario, robando minutos en su discurso o hasta cayéndose por las escaleras de la emoción. Pero para la estrella australiana, que entonces se encontraba superando su divorcio de Tom Cruise, su más que merecida estatuilla "le hizo darse cuenta que su vida estaba vacía".

Así lo confiesa en una entrevista para la edición australiana de la revista Harper Bazaar. Una victoria vacía que se vio empañada por la tristeza que acompaña un corazón roto. Nicole ganó el Oscar a la Mejor Actriz un año después de oficializar su divorcio con Tom Cruise tras once años de matrimonio. "[Ganar un Oscar] puede enseñarte el vacío que existe en tu propia vida, que fue lo que a mí me enseñó... Estaba teniendo éxito profesional pero en mi vida personal estaba luchando", revela con sinceridad a la revista.

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Y es que el 2003 fue el año más prolífico de su carrera. Llegaba a los Oscar con la estela del éxito de 'Los otros' y 'Moulin Rouge!', una película que el año anterior ya le había valido su primera nominación, y continuaba arrasando con su original interpretación en 'Dogville' y 'Cold Mountain'. Nicole le arrebató el Oscar a Salma Hayek (Frida), Renée Zellweger (Chicago), Julianne Moore (Lejos del cielo) y Diane Lane (Infiel); además de repetir la hazaña con el Globo de Oro, el Bafta y el Oso de Oro de Berlín. Un éxito profesional que ahora conocemos que no pudo disfrutar como se merecía.

"Adentrarme en el río con piedras en mis bolsillos me hizo elegir la vida", continuaba - haciendo referencia al impacto que tuvo la escena del suicidio de su personaje, Virginia Wolf, en la película de Stephen Daldry. "En aquel momento estaba en un punto muy bajo e interpretarla me hizo apreciar la vida".

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Ésta no es la primera vez que la actriz de 46 años habla sobre su relación y separación con la estrella de Misión Imposible. A medida que pasa el tiempo, Nicole Kidman va haciendo las paces con su pasado. Poco a poco ha ido dejando atrás la imagen de mujer reservada para revelarse abiertamente contra los momentos, sentimientos y personas que pasaron por su vida.

La pareja se conoció en 1989 en el rodaje de 'Días de Trueno'. Contrajeron matrimonio al año siguiente, adoptando más tarde a sus hijos Bella, 21, y Conor, 18. "Estaba totalmente fascinada (con Tom), me enamoré loca y apasionadamente", sentenciaba en noviembre de 2012 a la revista DuJour. "Me hubiera ido a los confines de la tierra por él" añadía.

En el pasado mes de octubre, volvía a hablar de su ex para Vanity Fair revelando que Tom no fue el amor de su vida. "Sin faltarle el respeto a Tom, ahora he conocido a mi gran amor", confesaba declarándole abiertamente su amor a su marido, el cantante country, Keith Urban. "No sabía si iba a pasarme [...] Pasé mucho tiempo sola, lo que fue muy bueno, porque entonces cuando me casé era tan solo una niña. Necesitaba crecer", comentaba tras haber contraído matrimonio con Cruise a los 23 años.

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Nicole se casó con Urban en junio de 2006 y tienen dos hijas, Sunday, 5, y Faith, 2. Próximamente la veremos en pantalla acompañando a Colin Firth en el drama bélico 'Un largo viaje', e interpretando a Grace Kelly en el biopic 'Grace of Monaco'.

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