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¿Qué hacía esta señora en el estreno de ‘Noé’?

México, Moscú, Berlín, Madrid, Rio de Janeiro y Londres fueron algunas de las ciudades elegidas para presentar Noé, la nueva película bíblica de Darren Aronosfky. Pero ningún estreno fue más emotivo que el vivido en Nueva York gracias a la presencia de una invitada muy especial que le robó todo el protagonismo a Russell Crowe y Emma Watson. ¿Quién es esta señora y por qué emocionó a todos los presentes en la alfombra roja de la película?

La premiere neoyorkina de Noé tuvo lugar el pasado miércoles 26 de marzo y entre sus invitados se encontraba esta señora de ojos grandes y evidentemente apasionada por el color rosa (desde la ropa a las botas, pasando por el bolso y hasta las uñas). No es una actriz, ni agente ni productora. Es Vera Fried ¡la maestra de séptimo grado de Aronofsky!

El director de películas como Réquiem por un sueño y Cisne negro se puso en contacto con su profesora treinta años después de haberla visto por última vez para agradecerle por haberle inspirado. Según contó Darren Aronofksy a la revista Variety, fue gracias a su maestra que nació la idea de contar su propia versión de la historia del Arca de Noé.

Cuando estaba en séptimo grado, la maestra le dio la tarea de escribir un poema sobre la paz y el pequeño Aronofsky optó por escribir sobre el pasaje de la Biblia. El poema estaba tan bien elaborado y escrito, que Fried lo presentó a un concurso local y lo ganó.

En aquel entonces, le pidió a Aronofsky que le dedicara su primer libro cuando fuera escritor. Y así lo hizo porque tiene su libreto de Noé en el salón de su casa firmado por su ex alumno.

Pero Aronofsky no solo le agradeció sus enseñanzas con una dedicatoria y una invitación a la premiere. Vera también cumplió el sueño de millones de extras participando en dos escenas en la película: en la primera es un cadáver flotando en el agua y en la segunda, como extra en una escena con Russell Crowe - a quien no considera atractivo porque "le gustan los hombres mayores como Anthony Hopkins".

Una vez dentro de la proyección, el director sorprendió a su maestra y a todos los presentes con un momento de lo más emotivo. La invitó a subir al escenario para que leyera en voz alta aquel poema de la infancia escrito el 13 de enero de 1982 que todavía guardaba.

Un momento lleno de ternura y nostalgia que emocionó a todos los invitados, incluida la mismísima Fried. "Estaba llorando" confesaba la maestra que no sabía que Aronofsky todavía guardaba aquel papel de su infancia.

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Vera asegura que volverá a ver la película cuando se estrene en Florida porque quiere plantarse en el cine "y gritar ¡esa soy yo!" cuando aparezcan sus escenas.

¿No os parece de lo más tierno? ¿Quién hubiera dicho que un director tan reacio a hablar ante los medios tuviera su corazoncito?