Steve Carell cambia de cara y de registro en ‘Foxcatcher’

Después de triunfar en todo el mundo con su faceta cómica, Steve Carell cambia de género para debutar en el Festival de Cannes sorprendiendo con su lado más oscuro en 'Foxcatcher'. La película de Bennett Miller cuenta la relación destructiva entre el millonario John DuPont y dos hermanos, campeones olímpicos de la lucha en los años 80. Un biopic dramático que atrapa al espectador gracias a la increíble transformación física e interpretativa del actor de 'The Office'.

Desde el cabello a la frente, ojos, nariz, labios y mentón... Steve está irreconocible y es gracias a su voz como podemos descubrirle escondiéndose detrás de la prótesis y el maquillaje. Su tono de voz, sus silencios, su mirada siniestra y una manera de caminar incómoda consiguen una actuación inquietante, cautivadora e irritante. Una combinación perfecta que lo colocan como posible candidato a los premios Oscar según los rumores que circulan por los pasillos de Cannes tras la ovación unánime que recibió la película en su pase ante la prensa.

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Pero además del increíble trabajo estético y físico (en el pase de prensa he llegado a escuchar a varios periodistas comparar el rostro transformado del actor con Ben Stiller), Carell nos sorprende con una interpretación intensa y magnífica que mantiene al espectador en vilo. Una actuación que marca un antes y un después en la carrera del actor, acostumbrado hasta ahora a papeles cómicos y carismáticos dedicados a ganarse la simpatía de la audiencia. Pero lo que hace en Foxcatcher es todo lo contrario. El filme cuenta la historia real de dos hermanos de la lucha olímpica (Channing Tatum y Mark Ruffalo) que entablan una relación profesional con un millonario arrogante y altanero llamado John DuPont. Desde el comienzo de la historia, las preguntas sobre sus intenciones, quién es y qué pretende, son constantes pero la maravillosa interpretación de Steve Carell hace que las respuestas sean una incógnita.

DuPont es un millonario caprichoso que dedica su tiempo a auto adularse por la fortuna que posee y a ensalzar su exagerado patriotismo. Es así que consigue captar la atención del campeón olímpico Mark Schulz, un deportista que ha pasado su vida viviendo bajo la sombra de su hermano, el carismático y también campeón olímpico Dave Schulz. Prometiéndole dinero, gloria y apoyo para volver a conseguir una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, DuPont convence a Mark para que se mude a su mansión Foxcatcher para entrenar a su lado. Aunque Mark acepta creyendo en el apoyo de DuPont, éste tenía segundas intenciones que se revelan cuando insiste en un acercamiento físico y comienza a persuadirlo para sumar a su hermano Dave en el equipo. De esta manera el filme da comienzo a una guerra de egos entre Mark, que se siente rechazado por la figura paterna que creía haber encontrado en DuPont; Dave, humillado por sentir que debe aceptar las órdenes y deseos del millonario; y DuPont, enfadado al conocer que sus dos protegidos le desprecian. Vamos… que el desastre está asegurado.

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Como hiciera con Moneyball y Capote, Bennett Miller consigue sacar lo mejor de su trío protagonista. Channing Tatum se transforma en un ser vulnerable y triste que esconde un gran dilema en su interior; Mark Ruffalo es el hermano protector pero competitivo que detesta perder el control; y Steve Carell es el personaje reprimido, un millonario con actitud de niño malcriado que solo consigue ser detestado por la audiencia.

Foxcatcher es una película que atrapa, de esas que mantienen al espectador en un estado de tristeza y desesperación que hacen intuir que en cada minuto puede pasar lo peor.