Oscar 2014, una gala celebrada en gravedad cero

No deja de llamarnos la atención cuando en la gala de los premios cinematográficos más importantes del planeta el nombre que destaca sobre el resto no es el de un intérprete, sino el de un realizador que, al menos hasta este momento, no parecía pertenecer al más selecto de los círculos de Hollywood. El último trabajo de Alfonso Cuarón, 'Gravity', se ha llevado 7 estatuillas en total, algo al alcance de muy pocas películas y que, más allá de su impecable factura en prácticamente todas las áreas técnicas ya sea fotografía, sonido o efectos especiales, le han reportado el preciado Oscar a la mejor dirección.

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El realizador mexicano siempre nos había demostrado su precisión quirúrgica tras las cámaras y su capacidad para traspasar los convencionalismos, ya sea en cintas pequeñas como 'Y tu mamá también' o en blockbusters como 'Harry Potter y el prisionero de Azkaban', sin duda la mejor de la saga. Ahora, con la premiada odisea espacial de Sandra Bullock y George Clooney, ha hecho valer los años de trabajo en la tecnología y el perfeccionismo visual con un triunfo en todo a lo que podía aspirar.

Ni su protagonista femenina ni la propia cinta tenían opciones de salir airosos del enfrentamiento con la dramática '12 años de esclavitud', reconocida como lo mejor del año a la par que confirman el talento de la debutante Lupita Nyong'o, la más emocionada de la noche al recoger la estatuilla frente a la atenta mirada de Julia Roberts y Jennifer Lawrence que, tropezones aparte, no pudo revalidar su condición de la actriz de moda.

Y es que 'La gran estafa americana' puede considerarse la gran perdedora de la noche. El filme de David O. Russell palideció ante sus competidores pese a tener una figura en todas y cada una de las categorías principales. No, a nivel interpretativo el dúo Matthew McConaughey-Jared Leto deja en evidencia que a la Academia le encantan las drásticas transformaciones de sus estrellas sin desmerecer para nada sus soberbias interpretaciones. 'Dallas Buyers Club' y su bajo presupuesto ponen el contrapunto a unos premios en los que Woody Allen ha vuelto a colar a una de sus actrices, caso de Cate Blanchett y 'Blue Jasmine'.

En resto de galardones, destacar el guiño al cine indie con el Oscar al mejor guión original para 'Her', el de mejor película extranjera para la italiana 'La gran belleza' y las dos estatuillas para 'Frozen, el reino de hielo', que confirma el respaldo de los críticos al resurgir del mejor Disney con una cinta sobresaliente en animación y con un tema principal abrumador, 'Let it go'.

La gala, conducida en esta ocasión por la ácida Ellen DeGeneres, se mantuvo a un nivel más que correcto gracias a los numerosos momentos musicales de la mano de Bono, Pink o Idina Menzel entre otros, que recuperaron el espíritu más clásico de este tipo de ceremonias aunque con el soplo de aire fresco que esparcía la presentadora con su interacción con las estrellas nominadas y algún que otro numerito desvergonzado. Su reparto de pizzas entre los asistentes o el 'selfie' colectivo en primera fila fueron algunos de los momentos álgidos del show, que por supuesto no estuvo exento de incorrecciones como la mención "al doble de Liza Minelli" al inicio de la gala refiriéndose a la propia artista.

Así fue la 86 edición de unos Oscar que a muchos les habrán parecido algo previsibles pero que justifican que Lupita Nyong'o acabara bailando el tema 'Happy' mucho antes de ser premiada. ¿Se olería algo?